El REto RE: (Re) Ilusiónate con el cambio de armario

Un cambio de armario es una nueva oportunidad para reconectar(te) con tu estilo. De algún modo, puede suponer un nuevo comienzo. Y ya sabes que, aunque defiendo que los armarios pueden transformarse siempre, hacerlo coincidir con el inicio de una nueva estación potencia todos sus “efectos colaterales”.
Armario Virtual: Experiencia digital.

Últimos posts

Categorías

Conoce mis planes

Vacía tu armario de cosas y llénalo de ti.

Viste a la mujer que eres hoy.

Cambia tu manera de mirarte.

Para tu marca.

Puedes verme en...

Únete a Clandestina, mi newsletter

Este universo nuestro de los armarios se divide en dos: a las que les da pereza y vive cada cambio con agobio y las que lo hacen con ganas porque lo viven con ilusión. No hace falta que te diga cuál es mi equipo, pero ¿dónde estás tú?

Si buscas un plan de armario para esta próxima temporada, te propongo un nuevo reto; de esos que me dices que te ayudan tanto, de esos que pruebo yo en mi armario primero, para poder recomendártelos después.

Se trata del Reto RE, un método en 5 pasos con el que podrás hacer el cambio de armario en 5 días. ¿Te apetece hacer el cambio de armario de una forma distinta a como lo has venido haciendo hasta ahora y experimentar qué pasa? Te cuento más.

Si buscas un plan de armario para una nueva temporada te propongo el REto RE: un método en 5 pasos para hacer tu cambio de armario en 5 días. ¿Te apetece vivirlo como una oportunidad para (re) ilusionarte con tu estilo?

¿EN QUÉ CONSISTE EXACTAMENTE EL RETO RE?

Es, sobre todo, para aquellas mujeres a las que les cuesta hacer el cambio de armario “del tirón”, o bien porque consideran que no tienen el tiempo suficiente, o bien porque efectivamente, no lo tienen, o bien porque les bloquea mentalmente el tener que hacerlo todo de una vez.

Pero también te servirá si eres de esas de “valor y al toro” porque tendrás un paso a paso que te mantendrá enfocada, terminarás antes y lo harás mejor. ¿No te suena genial?

El REto RE pasa por hacer en 5 pasos, durante 5 días, las siguientes tareas:

1. REcontar.
2. REajustar.
3. REflexionar.
4. REconsiderar.
5. REcolocar.

En principio, cada uno de los pasos no debería llevarte más de entre 30-45 minutos. El único que se te puede alargar algo más, es el tercero. Todo depende de los reflexiva que seas…

¿QUÉ CONSEGUIRÁS CON ESTE RETO?

Cada uno de los RE está pensado para que, al terminar cada fase, hayas alcanzando los siguientes objetivos:

  • Recontar: Saber cuánta ropa tienes y, lo más importante, cuánta necesitas de verdad para poder vestirte con éxito en cada una de las situaciones cotidianas de tu día a día. Sin necesidad de que tengas que decidirte a realizar un armario cápsula convencional, ganarás en ¡¡Garantizado!!
  • Reajustar: Adaptar tu armario a tu momento vital actual.
  • Reflexionar: Darle una vuelta a tu armario es sinónimo de evaluar cómo de satisfecha estás con tu estilo actual y qué puedes hacer para mejorarlo o redirigirlo en la dirección que tú quieras.
  • Reconsiderar: tus opciones para tener un armario equilibrado y completo, tanto de lo que ya tienes como de lo que sería aconsejable incorporar. Pasa por amortizar y comprar para dar más veces en la diana.
  • Recolocar: para que tu armario se renueve, esté ordenado y te (re) ilusione.

¿QUÉ NECESITAS?

Solo unos entre 30 y 45 minutos durante 5 días. Lo ideal es que sean continuos, pero depende de cómo te organices. 

Y papel y lápiz.

5 pasos durante 5 días para REcontar, REajustar, REflexionar, REconsiderar y REcolocar tu armario. Solo necesitas lápiz, papel y un máximo de entre 30 y 45 minutos para experimentar los efectos de hacer un cambio de armario de una manera distinta.

¿CÓMO SE HACE?

1. REcontar.

Si hay algo que tienen en común los diferentes métodos de los armarios cápsula es que consideran un número limitado de prendas. 33, 40, 55, 60 y así. Y aunque esa es la tendencia, creo que muchas mujeres pueden sentirte abrumadas ante la idea de tener que deshacerse de mucho más de lo que habían imaginado cuando se paran a contar.

En primer lugar, porque es muy, pero que muy fácil, superar las 100. -cuenta cuántas prendas tienes ahora mismo en tu armario tú y me dices 😉-.

Segundo, porque al tener de más, lo que hay, suele estar en buen estado; con lo cual solemos alargar su vida en nuestros armarios, aunque no su uso, que es bien distinto.

Y tercero, porque soltar, nos cuesta. Y no todas estamos dispuestas a deshacernos de “nuestras cosas” así como así, básicamente porque estamos muy entrenadas en la cultura del tener y muy poco trabajadas en el desapego. Y esta, en mi opinión, madurez, no se consigue de un cambio de armario a otro.

Pero, ¿te relajas un poco si te digo que y si fueras tú quien decidiera con cuántas prendas te quedas? Creo que por encima del número lo que prima es que tengas la sensación de que eres tú la que tienes el control de tu armario. Y no al revés.

Supongamos que has contado todo lo que hay en tu armario y tienes 150 prendas. ¿Qué número te propondrías alcanzar para considerarlo un éxito? ¿Un tercio? ¿La mitad? ¿Una cuarta parte? Trata de encontrar un número que sea válido para ti; al que te sientas capaz de llegar, pero con un poquito de esfuerzo. Es una de las cosas en la que ponemos mucho énfasis en Armario Minimalista.

Anota en un papel el número de prendas que tienes y el número mágico que quieres conseguir. ¿Lo ves factible? Y después, RECUENTA, por si puedes apurar un poquito más.

2. REajustar.

Los armarios y, por ende, nuestros estilos, evolucionan con nosotras, al ritmo de nuestras propias vidas. Y los cambios de armario son un buen momento para revisar tu estilo de vida y hacer los reajustes necesarios para que nuestra ropa nos sirva lo máximo posible.

¿Has cambiado de trabajo y esto afecta a cómo tienes o puedes ir vestida? ¿Más sofisticada? ¿Más relajada? ¿Qué haces ahora que no hacías antes? O al revés, ¿qué no haces ahora que hacías antes? ¿Algún deporte, por ejemplo? ¿Sigues llevando la misma talla que el año pasado?

En cada armario casi siempre suele haber partes sobrevaloradas y partes infravaloradas. Y esto genera ciertos desequilibrios de los que hablaremos más tarde. No obstante, después de contestar a estas preguntas y a otras parecidas que se te ocurran, sacarás tus propias conclusiones de qué partes de tu armario tienes que reforzar y cuáles puedes aligerar. La del trabajo fuera de casa, o la del tiempo que estás en casa, o la de ocasiones más especiales, o más informales, o la de tu ropa de hacer deporte. ¿Dónde te sobra y dónde te falta?

Escríbelas en un papel siguiendo esta premisa: quitar prendas de dónde te sobre e incorporar algunas nuevas dónde te falte. Este será el germen de tu shopping list. Si lo consideras necesario, en este punto puedes volver a recontar una vez más, por si tienes que reajustar tu número mágico. Recontar, reajustas, y después…

3. REflexionar.

Para que tu armario funcione, tiene que estar completo y ser equilibrado. Y eso afecta tanto a los colores y al tipo de prendas como a la función que cumple cada una de ellas en tu estilo.

En cuanto a los colores, para que tu armario sea combinable y armónico necesitarás encontrar tu propia medida entre colores neutros, claros y oscuros, que hagan más fáciles tus mezclas, pero también de otros colores, de nuevos claros y oscuros, que te encanten, que te permitan “poner acentos”, “levantar tus looks”, y “hablar de ti”.  

En cuanto al tipo de prendas, la variedad manda. Si no quieres verte siempre igual, no te pongas siempre lo mismo. Es preferible tener poco de todo que mucho de solo una cosa. Por ejemplo, te resultará más fácil hacer looks muy distintos si tienes faldas, pantalones y vestidos, que si solo tienes faldas. Y si, por el motivo que sea, solo tienes faldas, elígelas diferentes. Mejor tener una mini, una midi, y una maxi, que tres midis.

Y respecto a su función, te harán falta piezas imprescindibles, básicos y algo de tendencia. Respectivamente, los que expresan mejor tu estilo, los que hacen más fácil que te vistas a diario y los que no permiten que te aburras. Dependiendo de cómo sea tu estilo y de cómo te lleves con él en este momento, en tu armario habrá más de esto, de aquello o de lo otro.

Apunta tus reflexiones para seguir avanzando. Más colores, menos de este tipo de prenda o de este otro, etc. En mi libro Con Estilo Propio encontrarás algunos ejercicios prácticos por si quieres profundizar en este sentido.  

4. REconsiderar.

Es hora de trazar el plan de acción para tu armario. Vuelve a la información que has ido anotando y trata de atar cabos y concretar qué colores y qué tipo de prendas harían que tu armario real se aproximase más a la idea que tienes en él de tu mente. Ahora se trata de hacerlo realidad.

¿Tienes ya todo lo que necesitas o deberías actualizar algo? ¿Has detectado que le falta color? ¿Qué colores serían esos? ¿Te apetece probar un nuevo color? ¿Cuál va a ser? ¿Te has dado cuenta de que te falta más variedad de algún tipo de prenda? ¿Vestidos, por ejemplo? ¿Cuántos nuevos vas a incorporar? ¿Cómo te gustaría que fueran? ¿Van a sustituir a algo de lo que ya tienes? ¿Echas en falta alguna prenda que te ayudará a sacarle más partido a lo que ya tienes? ¿Cuál o cuáles y cómo quieres que sean? ¿Qué otras están ya bastante trilladas y necesitarías renovar?

Es tiempo de volver a tus anotaciones y completar tu shopping list con prendas muchísimo más definidas. Una americana de pana marrón, un vestido camisero largo estampado, una blusa de seda con aires muy femeninos, unos zapatos de tacón clásicos en color rojo y así.

Si quieres ir un poco más lejos, te recomendaría dos cosas más:

a. Que establezcas tus prioridades de compras, atendiendo a tus urgencias, tus necesidades y a tu presupuesto.

b. Que visualices un mínimo de tres looks mezclando en tu cabeza eso que tienes intención de comprar con prendas que ya tienes en tu armario. Así sabrás seguro que no se te quedará “colgada”.

5. REcolocar.

Básicamente pasa por dos puntos: sacar de tu armario la ropa que ya no usas y recolocar lo que se queda de una formar diferente para hacer que parezca distinto. Puedes aprovechar para renovar las perchas, buscar nuevos sitios para convertirlos en “satélites de tu armario” o cambiar la manera en que lo tenías ordenado hasta ahora.

Y con esto estaría todo. REcontar, REajustar, REflexionar, REconsiderar y REcolocar. Desde ya me muero por saber todas tus conclusiones. ¿Me las cuentas por aquí?

P.D.: Si no te sientes capaz de hacerlo sola o te apetece darle un buen empujón a tu estilo, si quieres podemos hacerlo juntas. En tu casa. Yo contigo, tú conmigo.

Sin comentarios

Publicar un comentario